Hace unos días volví a reencontrarme con mi pasado. Un pasado que
creía olvidado pero no. Un pasado que escribí sobre unas páginas que
deseo ver arder.
Hace unos días sólo buscaba un mechero que me ayudase a volver a olvidarlo. Hoy lo busco a él.
Porque
hay pasados que no se pasaron bien, y presentes que son como esa
segunda oportunidad que en otras circunstancias no te darían. Y yo en
este presente he tenido la suerte de encontrarlo. Sí. De encontrar a esa
persona que merece los mejores pasados, los mejores presentes y los
mejores futuros.
Futuros que con suerte, continuarán siendo a mi lado.
Él me devolvió una vida que hace tiempo di por perdida. Él me
ayudó a enfrentarme a mis problemas y a mis miedos. Hizo magia con mi
corazón, lo hizo desaparecer con todos sus rasguños, heridas, y
cicatrices a las que aún les faltaba tiempo para curar. Me dió uno nuevo
y me enseñó lo que de verdad era el amor. Un amor que no duele y no
mata. Un amor inofensivo que cumple su verdadera función. Amar.
Y ya no se cansa de hacerlo.
Te quiero Manuel.