martes, 12 de mayo de 2015

Aprender a resucitar

Yo no quería hacer daño a nadie.

Yo quería ser el ave fénix que arde y que más tarde vuelve a sentir las llamas.

Quería dejar de sentir que no sentía nada.

Quería olvidarme del vacío de mis entrañas. Volver a sufrir y a morir por amor.

Volver a hacer de corazón tripas y de tripas corazón.

Dejar de dejar corazones rotos por el camino y encontrarte.

martes, 5 de mayo de 2015

Los despertares llenos de ganas de no levantarnos de la cama y seguir comiéndonos a besos. Coger el coche para ir a cualquier parte sin saber nunca a dónde ni por qué. Poner la radio a tope y cantar a gritos canciones que ni a ti ni a mí nos gustan pero que disfrutamos y que nos llenan de risas. Improvisar cualquier chorrada un viernes por la tarde. Pintar un cuadro a medias con ríos verticales. Comer todo tipo de cosas mientras vemos programas que no sabemos ni por qué vemos pero que nos divierten. Mi costumbre de cogerte la palanca de cambios mientras conduces. Tu costumbre de ponerte los calcetines del revés. Ver como te comes un helado de chocolate y que te manches toda la cara irremediablemente. Que bromees conmigo cuando me enfado. Que nos tiremos en la cama y hablemos hasta las dos de la mañana sin darnos cuenta.  La búsqueda del lugar perfecto para pasar una tarde. El que siempre sea más sexy una respiración fuerte y agitada que un gemido, y que después de hacerme el amor me saques a bailar en medio de la habitación. Sin música. Sin tarareo y sin palabras.

Respírame otra vez.