martes, 10 de diciembre de 2013

PAPÁ

No pienses que te has quedado a mitad de camino, si en él surgieron esas grandes piedras no fue tu culpa.
Cúlpate de haber hecho de mi alguien a quien admiro casi tanto como te admiro a ti.

Ahora que soy un poquito más de ti, de tus errores hechos pasos hacia adelante. Que me has enseñado a ser yo por encima de todo, a no ser orgullosa y no por ello perder mi dignidad. También me has enseñado a ser más lista que inteligente, y a querer siempre aprender más.

Me has enseñado cosas que aún no sé, pero estaré preparada cuando me toque aprender de ellas.

Tú ya sabes lo que vales, porque eres el "vale la pena" de cualquier persona hecho a imagen y semejanza de ti mismo.

Yo todavía soy tu pequeña aprendiz, y aunque tú no lo sepas, algún día alguien me escuchará y verá en mi la gran persona que yo veo en ti.

Entonces papá, te lo aseguro, entonces si que estarás orgulloso de mi.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Las lágrimas de hielo nunca te mojan la cara

Las margaritas se han cansado de ver caer sus pétalos para resolver las dudas de cualquiera de esos inseguros que piensa que una flor puede resolver sus problemas, de esos que piensan que la chapita de la lata de cerveza cae cuando dices la inicial del nombre del amor de tu vida. Son esos que leen el horóscopo todas las semanas y nunca pasan por debajo de una escalera. Maniáticos supersticiosos, creyentes del destino, del amor divino, de los cuentos de princesas. De los que no saben de qué se enamoran. De los cobardes.

sábado, 29 de junio de 2013

No te equivoques

"No sé cómo lo has hecho, pero me has devuelto la vida" 

Escuché esta frase en una película y no pude evitar pensar en ti. En cómo me hiciste volver a sonreir, tú y tus dientes manchados del chocolate de tu helado. Tú y tus calcetines puestos del revés.

Recuerdo cuando me culpaba por vivir el amor de manera apasionada, si esque hay otra manera de vivirlo.
Pero tú conoces bien esa tristeza poderosa que no me dejaba amar, y que al mismo tiempo me enamoró. Me hizo comprender que da igual si mis sentimientos son buenos o malos mientras sean grandes y fuertes.

Me niego a vivir sintiendo ese vacío mortal que pasé tiempo atrás, cuando esta tristeza se fue.

Entonces surgió ese miedo terrible a no volver a enamorarme. Qué haría sin sentir la potencia del amor, la grandeza de la tristeza que sólo el amor provoca.

Cuando te conocí, y me refiero a esa segunda vez en la que te conocí de verdad, contínuaba sintiendo ese miedo, no me veía capáz de enamorarme de tí aunque me hice la valiente.
Ya había fracasado bastantes veces, aguantaría, me daría otra oportunidad.

Benditas segundas oportunidades.

Resurgiste. De nuevo volví a conocerte por tercera vez, y por cuarta, y por quinta vez y así todos los días.
Cada día me sorprendía un tú diferente capáz de vaciarme de vacío



Lo has conseguido.
Los más grandes. Los más fuertes.
He vuelto a sentirlos, como nunca antes.