A veces trata de la absoluta transparencia y de las vendas. De cuando no ves lo que tienes delante y necesitas ojos ajenos para aclararte las ideas.
Y a veces tenemos tres pies, y cuatro, y cinco con los que tropezar.
A veces solo estás tú cuando el mundo me da la espalda.
Por eso sé que no te lo puedo agradecer lo suficiente, porque todos queremos querer a quien no queremos. Porque un día todos quisimos a quien no debimos querer y nuestras vidas se vieron truncadas.
Tardamos demasiado en darnos cuenta de lo difícil que es amar de verdad cuando ya lo hemos hecho antes.
Es droga pura y dura.
Es dolor. Es puta desesperación. Es necesidad.
Adicción a la peor de las torturas chinas. Es el cielo y el infierno lo que mueve el mundo.
Y vamos por la vida buscando manos delicadas que nos junten los pedazos de un corazón que ha sufrido demasiado daño. Y una voz que nos prometa que son solo cicatrices y heridas que solo necesitan su saliva.
Que más temprano que tarde te volverás a enamorar.